Tengo a muchos alumnos que me escriben emails contándome cosas como:
Me gusta mucho tus emails, pero no tengo dinero para tomar una clase contigo.
Luego los hay más osados. Más valientes.
Y estos que son osados y valientes añaden preguntas como:
¿Me haces un descuento?
No, no son ofertas de Black Friday.
¿Me la dejas más barata?
No, no me gusta ser pobre.
¿Te la puedo pagar a plazos?
No, no mis clases no ofrecen garantía ni son una lavadora.
¿Me la das gratis?
No, me gusta ganar dinero.
Olvídate ahora de las preguntas.
Fíjate en las respuestas.
Esas respuestas podrían ser las respuestas que tú podrías lanzar en la segunda tarea de la prueba oral del DELE.
En la tarea de interacción.
En aquella tarea en la que tienes que conversar con tu sexy examinador.
Y todas estas respuestas estarían mal. Muy mal.
Yo las llamo respuestas tímidas.
Y en el DELE no puedes ser tímido. Tienes que ser un tío social. Social los 15 o 20 minutos que dura esa prueba.
Me da igual lo que seas después. O antes. Pero en el DELE, nada de ser tímido.
Si das respuestas cortitas, sin argumentar, sin desarrollar, parece que te dé asco la pregunta.
Y si hay algo que te tiene que entusiasmar durante esos 15-20 minutos, son las aburridas preguntas de tu examinador.
Sí, lo sé. Son aburridas. Tediosas. Angustiosas.
Pero en esos 15-20 minutos no.
Para ti, no.
Tienes que responder como si estuvieras en la última pregunta de un programa de televisión de preguntas y respuestas y tuvieras como premio final [PON AQUÍ LO QUE MÁS DESEES].
Entusiasmo, joder. Que no estás en un funeral. Estás en un DELE.
Sí, en un DELE aburrido. Pero entusiásmate. Alégrate. Emociónate.
Que no parezcas tan aburrido como tu examinador.
Bien.
Resumiendo.
Que me emociono.
Tienes que evitar dos cosas:
- Dar respuestas cortas. Monotemáticas. Respuestas que parece que te da asco la pregunta.
- Dejar de preguntarme chorras como pedir clases gratis.
Si solucionas esas dos cosas, vas bien.
Para evitar lo primero y también lo segundo, al mismo tiempo, aquí debajo:
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